miércoles, 28 de agosto de 2019

Platos rotos



Hoy estaba caminando en Walmart y de repente oí un ruido de cosas rompiéndose. Crucé los pasillos y vi que algunas personas murmuraban en voz baja. Cuando entré al pasillo donde miraban, vi una escena triste.
Una Sra. había golpeado con el carrito el estante  de platos y vasos y muchos se habían caído.
Arrodillada, desesperada, juntaba los pedazos, mientras que su esposo  tomaba cada código de barra de cada vajilla rota diciendo: ¿Ves? Ahora tendrás que pagar todo esto. Escena triste. Alguien que se equivocó y con este espectáculo todas las miradas eran para ella. Cuando me arrodillé junto a ella para explicarle que no se preocupara, vino un joven, se arrodilló junto a nosotros y le dijo:
- Déjalo, que los de limpieza recojan. Ve al hospital para que te vean esa herida en tu mano.
Ella lo miró, avergonzada y dijo:
- No. Tengo que juntar eso para pagar.
El joven dijo:
- ¡Tranquila! Tenemos seguro para ese tipo de pérdida, y no tienes que pagar nada. Sigue, ¡ve!
Cuando el joven se levantó, pude ver que tenía la identificación de gerente del supermercado.

Para ti que has leído hasta aquí, me gustaría que me dieras un minuto. Donde estés, cierra los ojos, e imagina ¡Dios haciendo lo mismo por ti!
Recogerá los pedazos de tu corazón por los golpes que te ha dado la vida, te curará toda herida y te aseguro que tus errores serán perdonados. Hay un seguro llamado Gracia, que cuando reconoces que te equivocaste y lo aceptas como tu único y exclusivo salvador, el gerente de la existencia del universo (DIOS) te dirá: "Ya todo está pagado" ... sigue, ¡ve!

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