miércoles, 2 de diciembre de 2009

Un buen samaritano.


No soy fan de las cadenas, pero este me parecio interesante:



Una mujer llamada Ana Smith llegó al hogar de una familia muy pobre en donde el jefe de la familia estaba enfermo sufriendo agudos dolores. La mujer entró a visitar este hogar con el propósito de hablarles algo acerca de Cristo. Pero el hombre de muy mal talante dijo a la mujer:
"No quiero que nadie ore aquí ni lea la Biblia, pues no creo en ninguna de estas cosas."
Inmediatamente Ana Smith aseguró al hombre y a la esposa afligida que haría algo para ayudarlos, y se fue para conseguir provisiones y ropa para la familia.
Cuando la señora Smith regresó, con una sonrisa en el rostro y todas las provisiones que pudo conseguir, el hombre que bruscamente le había prohibido que orara o leyera la Biblia le dijo: "Léame por favor la historia del Buen Samaritano." La señora Smith lo hizo con gusto, y cuando terminó de leer dijo el enfermo: "He visto muchos sacerdotes y levitas, pero nunca antes había visto un buen samaritano." La amargura del hombre y sus prejuicios desaparecieron por causa de una buena acción de una cristiana.

--Arnold Lerıon,
A. 500 ilustraciones

No intentemos hablar de Cristo sino estamos listos para hacer algo demostrando el amor de Dios. Muchos son los que predican y hablan pero pocos son los que viven un mensaje palpable. Conviértete hoy en un Samaritano y la gente responderá dando su corazón a Dios.


"Pero cierto samaritano, que iba de viaje, llegó adonde él estaba; y cuando lo vio, tuvo compasión, y acercándose, le vendó sus heridas, derramando aceite y vino sobre ellas; y poniéndolo sobre su propia cabalgadura, lo llevó a un mesón y lo cuidó. Al día siguiente, sacando dos denarios, se los dio al mesonero, y dijo: "Cuídalo, y todo lo demás que gastes, cuando yo regrese te lo pagaré." ¿Cuál de estos tres piensas tú que demostró ser prójimo del que cayó en manos de los salteadores? Y él dijo: El que tuvo misericordia de él. Y Jesús le dijo: Ve y haz tú lo mismo."
Luc 10:33-37