Los expertos ofrecen una serie de recomendaciones generales para la población en los momentos en los que el calor es extremo: beber mucho líquido, protegerse del sol, ventilar adecuadamente los espacios, prestar atención a las personas más frágiles como niños y ancianos y, en definitiva, actuar con sentido común sin confiarse en exceso son las claves para prevenir las consecuencias de la ola de calor. Entre las recomendaciones dirigidas a la población, se destaca que la mejor manera de evitar las posibles consecuencias de este fenómeno atmosférico es conocer cuáles son los riesgos y actuar de manera anticipada para prevenirlos. Así, las situaciones de mayor riesgo son:
Alcanzar una temperatura superior a los 36 grados, mantenida durante varios días seguidos.
Alta humedad en el ambiente, que origina sensación permanente de piel mojada.
Los días con escaso viento que dificultan la ventilación.
Habitar en viviendas muy calurosas, situadas en pisos altos y que tienen dificultades para su ventilación o que no disponen de aire acondicionado.
Realizar ejercicio físico o trabajos pesados expuestos durante muchas horas a un exceso de calor.
El calor extremo afecta a nuestro organismo.
Y ante estas situaciones, ¿cómo actuamos? Entre las principales medidas de prevención, hay que destacar:
Consumo de líquido: beber de manera abundante, a pesar incluso de no tener sensación de sed.
Consumo de alimentos: evitar comidas grasas y demasiado abundantes y aumentar la ingesta de frutas y verduras para reponer las sales minerales que se pierden con el sudor.
Acondicionamiento de la casa: evitar la entrada del sol y el calor. Con ese fin deben mantenerse las persianas bajadas e incluso cerrar las ventanas si el aire de la calle es muy caliente. Cuando llegue la noche hay que procurar subir todas las persianas y abrir las ventanas. No deben dejarse en los vehículos a los niños ni a las personas mayores.
Actividad física: evitar esfuerzos físicos que generen intenso sudor. Si se hacen es mejor aprovechar la primera o la última hora del día.
Vestido: es importante protegerse del sol con un sombrero y ropa ligera que transpire. Es mejor utilizar vestidos anchos y calzado cómodo.
¿Sabe cuáles son los principales trastornos que el calor provoca en nuestro organismo?
Calambres musculares: situación relativamente frecuente y en general de escasa importancia. Se producen calambres en los músculos (piernas, abdomen o brazos), especialmente después del ejercicio. ¿Cómo actuar?
Hay que interrumpir la actividad y descansar en un sitio fresco.
Tomar bebidas que contengan zumos de frutas o preparados ricos en sales minerales.
Consultar con su médico de familia si duran más de una hora.
Agotamiento por calor: afecta a personas expuestas a un exceso de calor durante un día o a aquellas que soportan durante varios días seguidos altas temperaturas. Debilidad generalizada, sudor, fatiga, mareos, angustia, e incluso sufrir un desmayo o pérdida pasajera del conocimiento son algunos de los signos de aviso. ¿Cómo actuar?
Reposar en un sitio fresco y tranquilo.
Consumir zumos de frutas y agua fresca.
Observar si el afectado se recupera en un periodo breve y se incorpora a su actividad normal. Si esto no sucede en una o dos horas, debe consultar con el médico de familia o el servicio de urgencias.
Golpe de calor: aunque es poco frecuente, se trata de un problema grave. El cuerpo no puede controlar la temperatura, elevándose de manera rápida por encima de los 40º. Se caracteriza además por una pérdida de conciencia que apenas se recupera, piel roja y seca, pulso muy débil, mareo y gran confusión. ¿Cómo actuar?
Desplazar al afectado rápidamente a un servicio de urgencias, preferiblemente de un hospital.
Intentar bajarle la temperatura del cuerpo, mediante un baño de agua fría, paños mojados o cualquier otro medio.
Situarlo en una habitación refrigerada.
Fuente: Hola(españa)
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